El Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) es un estudio impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con el objetivo de responder a una pregunta central: ¿qué deben saber y saber hacer los estudiantes con lo que han aprendido? Su primera edición fue en el año 2000, y Uruguay participa desde 2003, con el fin de disponer de evidencia internacionalmente comparable sobre el desempeño de los sistemas educativos nacionales.
Actualmente es el programa de evaluación de estudiantes de mayor alcance a escala mundial: en el ciclo 2022 participaron de la evaluación 690.000 estudiantes de 15 años de educación media, que representaron, aproximadamente, a 29 millones de estudiantes en 81 países y economías del mundo.
La evaluación, realizada de forma trienal, se centra en estimar en qué medida los estudiantes de 15 años que asisten a la educación media pueden aplicar sus conocimientos en determinadas áreas en contextos no necesariamente familiares, pero sí auténticos, y resolver problemas. Para ello, propone actividades que permiten evaluar competencias en lectura, matemática y ciencias, así como en áreas transversales que varían en cada ciclo, tales como: resolución de problemas (2003 y 2012), resolución colaborativa de problemas (2015), competencia global (2018), pensamiento creativo (2022) y Aprendizaje en el mundo digital (2025).
Además, PISA releva información sobre los llamados factores asociados a los desempeños, es decir, aquellos aspectos que contribuyen a comprender e interpretar los resultados alcanzados por los estudiantes en su contexto.
De este modo, recopila información sobre los centros educativos: población que asiste a ellos, gestión del centro, plantel docente, recursos disponibles, tamaño de los grupos, entre otros aspectos.
También indaga sobre las características de los estudiantes y sus hogares: nivel socioeconómico y cultural, presencia de necesidades educativas especiales, motivaciones, estrategias de aprendizaje, relacionamiento de las familias y estudiantes con el centro educativo, experiencias de estudiante con sus pares y docentes, por citar algunos ejemplos.
Con estas bases, PISA facilita elementos para una reflexión informada sobre el sistema educativo nacional y sus logros, aportando a la transparencia y el debate público, así como al análisis y el diseño de políticas educativas.